El mundo de los libros digitales: Seleccionando el dispositivo


Todos los apasionados de la lectura hemos tenido siempre tres problemas comunes: el espacio para almacenar los libros, el peso para llevarlos con nosotros y, en alguna etapa de la vida, seguro que el precio para comprarlos. De tenerlos todos derechitos de pie en la estantería para localizarlos fácilmente pasábamos a tumbarlos uno encima de otro para ganar espacio, o tocaba poner más estanterías o ponerlos en cualquier espacio disponible; para viajar terminabas tomando decisiones no siempre fáciles sobre qué libros te acompañarían y cuáles se quedarían fuera de la mochila; y el precio era muchas veces ese enemigo que te obligaba a retrasar ese ansiado encuentro con otra historia, con otras explicaciones, con otros mundos por explorar que te esperaban en esas páginas de papel.

Un cuarto problema, no exclusivo de los libros, sino inherente a los productos que no son digitales es que los libros no son replicables indefinidamente. Si prestas un libro de papel, dejas de tenerlo y tienes que esperar su devolución para poder volver a tenerlo. O lo tienes tú o lo tengo yo, pero el libro es el que es y no lo podemos tener los dos al mismo tiempo. Podemos fotocopiarlo, pero eso ya no es el libro, son fotocopias del libro.

Hoy en día, afortunadamente, la tecnología llegó para solucionar considerablemente esos problemas. Entran en escena los e-readers o lectores de libros electrónicos. Son unos dispositivos que tienen una características pensadas exclusivamente para leer libros: muy ligeros de tamaño para llevarlos a cualquier parte, una pantalla similar al tamaño de un libro de bolsillo que permite lectura perfecta incluso bajo el sol y una batería que dura semanas. El ordenador, las tablets e incluso los teléfonos móviles también leen libros digitales, pero no reúnen esas características. Además, los libros digitales para estos dispositivos son mucho más baratos que su equivalente en tapa blanda.

En el mundo digital, aunque les cueste mucho aceptarlo a las editoriales, discográficas y productoras de cine, ya no rige el concepto de objeto único que tienes tú o que tengo yo, pero no los dos al mismo tiempo. De ahí que sigan empeñándose en aferrarse a un modelo de negocio obsoleto que ya no tiene sentido y presionen a los gobiernos para que se aprueben leyes que nos limitan la libertad que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Sería más fácil que aprendieran de iTunes o Spotify otros modelos de negocio de éxito y adaptados a los nuevos tiempos, pero es más fácil prohibir al usuario usar el tractor para seguir vendiendo arados. En el mundo de los libros digitales también intentan coartar nuestra libertad, pero veremos formas de evitarlo.  

En esta serie de posts voy a explicar la selección del dispositivo, cómo conseguir los libros, cómo introducirlos en el dispositivo, cómo cambiar los formatos y vencer las limitaciones a nuestra libertad que nos vamos a encontrar. No es un proceso complicado, solo hay que tener algunas ideas claras. 

1) Comprar el lector de libros digitales

Buscando en las comparativas de las revistas de tecnología, los principales lectores de libros digitales hoy en día son la familia Kindle , la familia kobo y el Nook de la librería Barnes and Nobles (este no tiene familia). Tras evaluar los  pros y contras que menciono más abajo, yo me incliné por el modelo básico del Kindle, el lector que vende la empresa Amazon, y una funda NuPro que compré aparte (el kindle viene sin funda). La apariencia es esta:

Kindle con su funda y una tarjeta de referencia para apreciar su tamaño.


Kindle cerrado en su funda.

 Las razones para escoger este Kindle son:
  • A la hora de devolver un producto, en Amazon tiende a prevalecer el dicho "el cliente siempre tiene razón". Es una maravilla lo fácil que te aceptan la devolución de cualquier cosa sin pedir mayores explicaciones, incluso cuando yo creo que no deberían porque fue culpa del cliente. Cuando compras tecnología, es importante asegurarse de que puedas devolverla sin problemas si algo no va bien.
  • El aparatito en sí pesa 190 gramos (un poco más con la funda) y entra en un bolsillos de abrigo, con un tamaño similar a un libro de bolsillo, así que es muy cómodo para llevar a dónde quieras. Tiene 4GB de memoria (si hablamos de almacenar películas sería muy poco, pero en e-books, hablamos de miles de libros). Tiene una excelente definición de pantalla, una batería que dura semanas y es el más barato de todos los lectores: 80 euros (sin comprar aparte el enchufe para conectarlo a la red, pues con conectarlo por usb al ordenador, ya lo puedes cargar, así que no hace falta).
  • Tiene wifi, igual que los otros modelos, lo cual para mí es un punto negativo, no positivo, pero se puede desactivar en las opciones de configuración. En 2009, Amazon borró remotamente dos libros a varios usuarios tras darse cuenta de que no tenían licencia para venderlos. Así que no me apetece que puedan entrar en mi kindle y saber qué tengo y si les gusta o no su presencia allí. Quitando wifi no pierdes absolutamente nada porque se pueden meter o sacar libros al kindle desde el ordenador mediante el cable USB que trae. Lo que sí ganas es privacidad y seguridad de que nadie tocará tus libros remotamente ni actualizará a su gusto el sistema operativo cuando lo crean conveniente.
  • No tiene luz, como el modelo Kindle Paperwhite, que cuesta 50 euros más. Pero yo toda la vida leí libros con luz, sea del sol, de una lámpara o de la luz que siempre hay en el tren, avión o autocar, así que esa luz incorporada no me soluciona ninguna necesidad previa.  
  • Es táctil, así que se pasa de página con un ligero toque, o bien arrastrando como si fuera una página de papel. La navegación entre los libros y una vez dentro del libro, es sencilla y rápidamente se acostumbra uno a su uso.
  • Los libros de Amazon, igual que los de FNAC y tantos otras otras librerías digitales, suelen venir con DRM (Digital Rights Management), lo cual quiere decir que los libros que compras solo los puedes leer en TU kindle o en TU ordenador si instalas "Kindle para PC/Mac" de Amazon o el programa de Adobe Digital Editions y vinculas estos programas a TU cuenta donde los hayas comprado. Es un sistema común de represión de los usuarios para impedir que la cultura se pueda difundir libremente. Aunque hayas comprado un libro, pretenden impedirte que se lo pases a un amigo (como harías con uno en papel) o que lo leas fuera de los dispositivos que ellos digan. Eso es un problema importante, pero tras investigar una posible solución, la encontré, así que eso dejó de ser un inconveniente.  
  • Amazon usa en sus libros formatos propietarios, con DRM o (rara vez) sin él, en vez del formato abierto epub. Eso supone problemas a la hora de editar un libro, por ejemplo. Pero hay una forma muy sencilla de gestionar todo el tema de formatos, así que eso dejó de ser un problema también. 
  • Yo uso Ubuntu. El mundo (fabricantes y desarrolladores) aún está orientado para las masas de Windows y la minoría de Apple. Parece que se da por hecho que si usas Linux tienes que buscarte la vida. Afortunadamente, en todo el tema del software de los libros electrónicos, todo se puede hacer funcionar en Linux eficazmente, aunque haya que usar WINE para ejecutar programas de Windows en Linux.
Si no puedes comprar un lector de libros digitales, también puedes leer los libros digitales en el ordenador. Leer sentado sin moverte de postura porque la pantalla no admite mucho movimiento no es lo ideal, pero es mejor que quedarse fuera del mundo de la lectura digital.

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